Contenido Médico: Dr. Ibar Langle Duarte
Cédula Profesional: 7098048
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Contenido Médico: Dr. Ibar Langle Duarte
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El herpes zóster, también denominado culebrilla, es una infección viral que provoca una erupción dolorosa en la piel. Tiende a afectar a los adultos mayores y a personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Esta condición es originada por el virus de la varicela-zóster (VZV), el mismo virus responsable de la varicela durante la infancia. Tras la experiencia de la varicela, este virus permanece en estado latente en el organismo y puede reactivarse años después, desencadenando el herpes zóster.
El herpes zóster se caracteriza por la aparición de una erupción cutánea dolorosa en forma de franja o banda a lo largo de un lado del cuerpo, a menudo siguiendo el recorrido de un nervio.
La principal causa del herpes zóster es haber tenido varicela en el pasado. La varicela es una enfermedad viral contagiosa común en la infancia que es causada por el virus de la varicela zóster. Después de que alguien se recupera de la varicela, el virus no se elimina por completo del cuerpo, sino que se queda en estado latente en las células nerviosas.
Años o incluso décadas después de haber padecido varicela, el virus de la varicela zóster puede reactivarse. Las razones precisas detrás de esta reactivación no están completamente claras, pero se cree que se debe a la disminución gradual de la inmunidad contra el VZV con el tiempo. A medida que el sistema inmunológico envejece o se debilita, su capacidad para mantener bajo control el virus latente puede verse comprometida.
El herpes zóster tiende a ocurrir con mayor frecuencia en personas mayores y en aquellos con sistemas inmunológicos debilitados debido a condiciones médicas, tratamientos médicos (como quimioterapia o inmunosupresores) o enfermedades crónicas. En estas personas, el sistema inmunológico puede tener dificultades para mantener al virus de la varicela zóster en estado latente, lo que puede desencadenar su reactivación.
Otras condiciones de salud que debilitan el sistema inmunológico, como el VIH/SIDA, también pueden aumentar el riesgo de herpes zóster.
El estrés no crea el virus de la varicela zóster (VZV), que es el agente causal del herpes zóster, pero puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de que el virus latente se reactive.
El estrés crónico puede tener un impacto negativo en la función del sistema inmunológico al liberar hormonas como el cortisol, que puede suprimir las respuestas inmunológicas normales. Además, el estrés puede afectar la calidad del sueño, la alimentación y otros hábitos de autocuidado, lo que a su vez puede debilitar aún más la inmunidad.
Es importante tener en cuenta que no todas las personas que experimentan estrés desarrollarán herpes zóster. La reactivación del virus es el resultado de una combinación de factores, y aunque el estrés puede contribuir, también pueden influir la edad, la salud general, el sistema inmunológico y otros factores individuales.
Esto puede ocurrir por el contacto directo con las lesiones abiertas del sarpullido causado por el herpes zóster.
Se debe evitar el contacto físico con cualquier persona que aún no haya padecido varicela o que no se haya vacunado contra esta enfermedad. Incluyendo a personas con sistemas inmunológicos debilitados, mujeres embarazadas y recién nacidos.
En muchos casos, el herpes zóster puede requerir reposo, especialmente durante el período en que el brote está en su etapa más activa.
El reposo es importante porque el cuerpo necesita energía para combatir la infección y sanar las lesiones. Sin embargo, la necesidad y duración del reposo pueden variar según la gravedad de los síntomas y la forma en que el brote afecta a cada persona.
Te recomendamos consultar a un profesional de la salud para obtener orientación sobre el manejo y la recuperación del herpes zóster.
El herpes zóster no tiene cura, pero existen algunos tratamientos que pueden ayudar a controlarla:
Algunos medicamentos antivirales, como el aciclovir, el valaciclovir y el famciclovir, ayudan a detener la replicación del virus y reducir la gravedad y duración del brote. Cuanto antes se inicien, más efectivos serán.
Las cremas tópicas que contienen capsaicina o lidocaína pueden proporcionar alivio localizado al reducir la picazón y el dolor en las áreas afectadas por el brote.
Es especialmente relevante para las personas mayores a 50 años que han tenido varicela en el pasado y que ya han padecido o aún no padecen herpes zóster.
La vacuna más reciente utiliza fragmentos de proteínas del virus varicela-zóster y no contiene virus vivos como su versión anterior. Se administra en dos dosis y
es conocida por su mayor eficacia en la prevención de herpes zóster y la neuralgia postherpética (NHP), el dolor de larga duración que sigue al herpes zóster por un daño en los nervios.
Algunos medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor al afectar la manera en que los nervios transmiten las señales de dolor.
Los parches de lidocaína, que se aplican directamente sobre la piel en el área dolorida, pueden proporcionar alivio temporal al entumecer los nervios en la zona y reducir la sensación de dolor.
En algunos casos, se puede realizar un bloqueo de nervios para interrumpir temporalmente las señales de dolor que los nervios afectados están transmitiendo al cerebro.
En la mayoría de los casos, el herpes zóster dura de 3 a 5 semanas.
Comienza con síntomas como dolor y hormigueo, seguido de la erupción de ampollas llenas de líquido que dura 2-4 semanas. Unos días después, las ampollas se secan y forman una costra. La piel se recupera en unas semanas más.
Algunas personas pueden experimentar dolor persistente después de que las ampollas hayan sanado, esta sensación es conocida como neuralgia postherpética, que puede durar semanas a meses.
Los síntomas producidos por el herpes zóster pueden ser dolorosos y molestos, pero se pueden atender y prevenir. Si tú notas que tienes algunos síntomas como dolor, hormigueo, comezón o ampollas, te recomendamos agendar una cita con nosotros para que puedas recibir un tratamiento adecuado.
La prevención es la mejor medicina. 💙
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Escrito por:
David Vázquez
Editado por:
Andrea Martínez
Contenido Médico:
Dr. Ibar Langle Duarte
Nuestro equipo de expertos monitorean constantemente el contenido redactado en estos artículos, actualizándolo en base la nueva información que va publicándose del sector salud.
Última actualización: 10 de Agosto 2023
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Responsable Sanitario: Dr. José Rafael Fernández Treviño
Médico Cirujano y Partero Ced. Prof. 5740659 con Especialidad en Cirugía General. Ced. Prof. 9531355
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