13 de febrero de 2025
La salud sexual en pareja es un pilar fundamental del bienestar y la satisfacción de cualquier relación. A menudo se piensa sólo en la función física, dejando de lado la importancia del bienestar emocional y mental. La verdad es que una vida sexual plena no solo depende de la ausencia de enfermedades o disfunciones, sino también de una comunicación efectiva , el respeto mutuo y la capacidad de atender tanto los deseos como las necesidades del otro. La salud física es la base El estado de salud física impacta directamente en la calidad de la vida sexual. Aspectos como la energía , la circulación sanguínea y el equilibrio hormonal pueden influir en el deseo y desempeño sexual. Estas son algunas maneras en las que podemos cuidarla en el día a día: Chequeos médicos regulares: Acudir a revisiones médicas para descartar enfermedades de transmisión sexual (ETS), evaluar niveles hormonales y tratar cualquier condición que pueda afectar la función sexual, como la diabetes o problemas cardiovasculares. Ejercicio y alimentación balanceada: Mantener un estilo de vida saludable mejora la circulación sanguínea, el rendimiento físico y la producción de hormonas como la testosterona, clave en el deseo sexual. Cuidado de la salud mental: Estrés, ansiedad y depresión pueden afectar la libido y el desempeño sexual. Incorporar hábitos de autocuidado y técnicas de relajación puede marcar una gran diferencia. Uso de anticonceptivos y métodos de protección: La seguridad y la planificación son fundamentales para evitar embarazos no deseados y la transmisión de ETS.